domingo, 15 de noviembre de 2009

Carta de un Bebe

¡Felicidades a Tabeli y a Juan Carlos
por la feliz llegada de Maya Itzel!

Hola Mamá, Soy Yo, Tu Hija:


Quiero que sepas que desde hace mucho antes de que me concibieran tu y mi Padre, yo ya existía y sabía que tu ibas a ser mi Madre, pues Papá Dios allá en su reino, me había asignado con

tiempo una Mamá que desde entonces he aprendido a querer, en ese entonces yo tan solo era un angelito que andaba jugueteando de nube en nube por el cielo, que tiempo después cuando ustedes hicieron posible el milagro de la vida, fui creciendo poco a poco dentro de ti, mis células se multiplicaron una por una, dando forma al ser que hoy llevas en tus entrañas.


No sabes cuánto disfrute ese momento cuando supiste que estabas embarazada, tu alegría la compartiste conmigo, pero yo fui doblemente feliz, pues sabía que era una hija deseada, una hija que esperabas con todas las ansias de tu ser; tu alegría fue tanta que no pudiste evitar unas lagrimas, eso a mí me conmovió mucho, pero no lloré, porque todavía no he aprendido a hacerlo, pues el doctor no me ha dado la nalgadita.


Mamita Linda, no sabes el placer que me causan tus manos cuando me acaricias en tu vientre, y también cuando me acaricias el alma al prodigarme tantas y tantas palabras de amor, no sabes cuánto deseo al igual que tu el momento de nacer, para que me tomes entre tus brazos y me colmes de besos, para que me alimentes y me cuides, y por las noches me arrulles con tiernas canciones de cuna.


¿Sabes qué Mami?


Tengo la seguridad de que serás una excelente Madre, que sabrás protegerme y educarme, que harás de mí un ser justo y responsable. Y por todo el Amor y dedicación que me prodigaras, eternamente te estaré agradecida, pero sobre todo por haberme dado la vida.


¡Gracias por dejarme existir!


¡Te quiero mucho Mamita!

Jorgiux
Octubre 18 del año 2009

sábado, 7 de noviembre de 2009

Noviembre Mes de Muertos

La Muerte es la consecuencia lógica de la vida,
y los mexicanos sabemos lidiar con ella,
porv eso es que bebemos, comemos, bailamos,
lloramos y respiramos al lado de ella.

Llegaste a mi dormitorio
Con tu calidez de hielo,
No me prometiste el cielo,
Ni tampoco el purgatorio.
Aquel interrogatorio
De preguntas sin respuestas,
Eran llaves sin sus puertas,
Una luz sin alumbrar,
una gaviota sin mar,
un jardín de flores muertas.

No prometiste el infierno,
Ni tampoco el paraíso,
Ni el día final de mi juicio,
Ni Primavera en Invierno.
Tampoco ver al Eterno,
Ni tampoco a Satanás,
Solo soy un alma más
Que conduces en tu barca,
Siempre llevaré la marca
Del beso frío que me das.

No me prometiste nada,
Solo bebiste mi alma,
No hubo prisas, solo calma,
Luego la penumbra helada.
Y vi mí flama apagada,
Oí rezos y sollozos,
Caras tristes, ojos llorosos.
Vi lo frágil de la vida,
En este viaje de ida
Solo quedan los despojos.




Fotografías de los Panteones de Otepan, Ver., Miguel Hidalgo y Santa Clara, en Minatitlán.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Feiz Día de Muertos

La Muerte

La Muerte llega en silencio,
no hace ruido, es sigilosa,
camina a tu lado, respira de tu aliento,
bebe de tus lágrimas, se come tu mirada,
te abraza, te envuelve en su manto de ébano y te arrulla.

La Muerte no avisa ni se anuncia,
es imprevista, no llega tarde ni temprano,
simplemente llega.

Tú no temes,
entras en un sopor inmenso e interminable,
te relajas y solamente te dejas llevar.

Es exacta y paciente,
sabe esperar; flota en el aire,
se desliza por debajo de tu puerta,
se arrastra al ras del suelo, no escucha,
es insensible al dolor humano, no es
inicua ni ecuánime, solo justa y necesaria.

La Muerte es la fiel amante del desahuciado,
es la leal compañera del enfermo crónico,
el bálsamo de quien sufre,
la consecuencia lógica del condenado,
el triste fin de un aborto,
es el deseo estúpido de un cobarde
y la solución errónea del desesperado.

La Muerte te toma d la mano,
navegan juntos por el Río Estige,
se acarician como un par de enamorados,
su beso helado es lava ardiente que funde
las almas en una sola y se pierden ambas
en la infinita oscuridad de la noche eterna.

La Muerte esta presente en todas las desagracias,
y sin embargo no es la desgracia misma.

Ella viaja en primera clase,
más no le importa hacerlo en “totolero”,
transita por los caminos olvidados
y recorre las trillas de los animales de la selva,
se mezcla entre las multitudes,
visita antros, escuelas e iglesias,
no profesa ninguna religión pero tampoco es atea,
no es racista ni tiene preferencia sexual,
no ama ni odia,
es simplemente la Muerte.

Jorgiux
Noviembre del 2009